Pasar de los mimos y atenciones de papá y mamá a tener que compartir el tiempo con otros niños, tiene su lado positivo y para nada supone una amenaza en el desarrollo del pequeño. El nivel de maternal le inculcará conductas tan importantes en su vida como compartir las cosas o empezar a experimentar las primeras nociones de amistad.

Los hábitos básicos como el orden, la higiene, la alimentación y el sueño suponen el sustrato donde se asentarán las destrezas sociales. La escolarización temprana ayuda a menores a consolidar patrones de conducta adecuados, ya que la actividad de cualquier escuela infantil incluye el desarrollo de habilidades por medio de la estimulación, que prepara al cerebro para los aprendizajes posteriores. El desarrollo precoz del área del lenguaje, comprensión y expresión es capital para el desarrollo del resto de dimensiones.

La curiosidad y el interés son los motores principales en el aprendizaje de niños pequeños. Durante la infancia el niño se conoce a sí mismo, al mundo que lo rodea y cómo pueden sus acciones influir en éste. El preescolar constituye un ambiente rico en experiencias y estímulos que ayudan a fomentar la curiosidad y el interés de explorar y aprender.

Los niños tienen la oportunidad de relacionarse con otros niños y adultos distintos a los miembros de su familia. Las relaciones sociales en el preescolar se dan en un ambiente seguro y rico en estímulos que nutren a los niños y contribuyen en su desarrollo como ser social. En este sentido, aprenderán a compartir a esperar su turno, a hacer nuevos amigos, a regular y manejar sus pensamiento, emociones y acciones, a levantar la mano para hablar, a trabajar en grupo, y otras normas de comportamiento social que utilizarán por el resto de sus vidas.

A través de las experiencias, los estímulos y el juego, los niños en el preescolar, tendrán la oportunidad de desarrollar ideas y ponerlas en práctica, solucionar problemas y descubrir cosas por sí mismos. La manipulación de objetos, la interacción con otros y el juego estimulan la imaginación y la creatividad, así como el conocimiento de las causas y los efectos de los fenómenos que ocurren en su entorno. También, aprenderán a tomar decisiones, a desarrollar habilidades de pre-escritura y lectura y comenzarán a desarrollar las habilidades de pensamiento lógico-matemático.

La lectura de cuentos, las canciones, los poemas, y las conversaciones con pares y maestras ayudan al niños a desarrollar el lenguaje y a aumentar su vocabulario. Los niños aprenden a comunicarse con otros haciendo uso de frases y oraciones. También, aprenden a escuchar y a utilizar y decodificar el lenguaje corporal presente en las conversaciones e interacciones.

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